Nadie puede asegurar que a la hora de emprender una reforma todo salga perfecto y sin problemas, pero si se siguen unas determinadas pautas será mucho más fácil llegar a un buen resultado evitando sorpresas desagradables que de una forma u otra todos conocemos.
1. Nuestra reforma soñada.
La primera fase es la más divertida, recorrer el mundo de nuestros sueños, descubrir que nos gusta y que necesitamos, las imágenes de los espacios que más nos atraen, es una etapa en clave de investigación. Compartir nuestras ideas con amigos y familiares, aún las más exageradas hay que dejarlas aflorar. Estas serán las bases que definirán nuestros futuros espacios.
2. Contrata un buen profesional.
Es hora de ponerse en manos de un buen profesional, contrasta referencias y trabajos anteriores. Cualquier profesional no puede ser adecuado para nuestra reforma, es importante acertar en esta elección. Hay quién esto lo considera un gasto superfluo y no es así, lograrás ahorrarte un buen dinero en los costes finales de la obra y especialmente lograrás un control en la ejecución de los trabajos. Un arquitecto cobrará por su trabajo, del mismo modo que un médico o un abogado cobran por el suyo, pero dentro del presupuesto para nuestra reforma, sin duda esta puede ser nuestra mejor inversión.
3. Expresa tu personalidad en tu reforma.
Espacios, acabados e iluminación, tenemos un gran puzle en nuestra cabeza, ahora hay que llevarlo a la realidad, en esta fase sincérate y traslada todas tus ideas e inquietudes al profesional. Define tu personalidad y necesidades para que trate de adaptarlas a tus futuros espacios, estos tienen que cumplir su función tal y como a ti te gustaría vivir y disfrutar en ellos. Encuentra la solución específica para cada uno de tus espacios. No existe una solución genérica para las reformas, evita las soluciones estandarizadas y personaliza tus espacios, eclecticismo absoluto, atrévete y descubre soluciones que ni siquiera habías imaginado.
4. Calcula y ajusta tu presupuesto a la obra.
Sé realista y ponte límites, hay una cifra de la que no debemos pasar, normalmente reserva entre un 15 y un 20 por ciento más, hay que tener en cuenta que a lo largo del proceso de la obra esta se puede incrementar y no sólo por una mala planificación, hay muchos factores que pueden influir en esto, vicios ocultos, mal estado de las instalaciones, decisiones que se vayan incorporando sobre la marcha. Es muy importante que nuestro arquitecto sepa cuál es nuestro presupuesto y se adapte al mismo, que nos explique qué tenemos a nuestro alcance e indague en qué podemos ahorrar para ajustarnos a nuestra economía. Si estamos en manos de un buen profesional debe saber los costes del mercado y adaptará nuestro proyecto a los mismos.
5. Distribución espacial.
Busca ideas que aprovechen el espacio, exprime cada metro cuadrado, busca funcionalidad y evita odiosos espacios residuales; la separación entre estancias no tiene porque ser un simple tabique, estos se pueden convertir en tus espacios de almacenaje, armarios, estanterías, paredes móviles que permitan disfrutar el espacio de formas y maneras muy diferentes.
6. Adaptación a nuestro entorno natural.
Aprovecha la luz, exige un buen análisis del desarrollo de la luz y ventilación natural de tu vivienda, esto puede permitirnos una nueva cualidad espacial de nuestro hogar hasta ahora desconocida. Esto junto al punto anterior serán las claves que convertirán nuestra reforma en un simple lavado de cara o en una nueva estructuración que transforme por completo nuestra vivienda, por encima de los materiales y calidades a emplear.
7. Ahorro energético.
Es el momento de realizar una buena inversión en las calidades que no se ven, normalmente las ocultamos detrás de nuestras paredes, suelos o armarios, y sin embargo son de una gran importancia en nuestro confort y bienestar; un aislamiento de primera calidad, la renovación de las instalaciones de fontanería, calefacción y electricidad, una buena caldera o electrodomésticos de bajo consumo energético, pueden ser nuestras mejores inversiones, ahorrándonos costes importantes en un futuro a medio plazo.
8. Materiales de primera calidad.
Exige materiales de primera calidad, suelos, pinturas, mecanismos eléctricos, sanitarios, armarios y puertas, todos han de ser de primera calidad. Esto no significa una marca concreta o un precio de los mismos desorbitado. Consulta las calidades ofertadas con tu técnico, si se adaptan a tus necesidades reales y sus garantías. Una mala elección de los mismos puede suponer un sobrecoste futuro al tener que volver a cambiarlos, desconfía de presupuestos mucho más económicos, coteja la ficha técnica de los mismos, entre un material y otro puede haber una diferencia económica, pero sin duda, si en el futuro implica tener que volver a cambiarlo por su deficiente calidad, esto supondrá un coste muchísimo mayor. La calidad puede ser hoy un gasto considerable, pero el tiempo termina transformándolo en un importante ahorro. Aristóteles proclamaba “en el medio esta la virtud”, la búsqueda de la virtud en la reforma está en el punto medio entre la estética y la funcionalidad.
9. Presupuesto detallado por escrito, contrato y garantías.
Todas las exigencias anteriores han de ser reflejadas en buen presupuesto con contrato y garantías, que implique unos precios unitarios de cada una de las partidas de la obra. Exige presupuestos por metros cuadrados, por unidad, cuánto cuesta cada metro cuadrado de pintura, cuánto cuesta cada enchufe, cada aplique, cada grifo o sanitario que vas a instalar, no aceptes nunca presupuestos que no estén desglosados de esta forma o cualquier modificación puede resultar un dolor de cabeza y unos incrementos no justificables en el coste de la obra.
10. Control de la ejecución de las obras.
Durante la obra surgirán modificaciones o cambios, estos han de valorarse en el momento y deberán ser cotejados por tu técnico. Si el presupuesto estaba desglosado no tendrás ningún problema en comprobar que las ampliaciones o reducciones se han valorado justamente con lo acordado inicialmente. Todas las modificaciones han de reflejarse en una ficha de obra que será firmada por la empresa constructora y por tí, si es posible indica a tu técnico que firme también dando su visto bueno a las mismas. Esto te permitirá tener un excelente control de las obras que estás realizando y asegurarte que todo se desarrolla según lo acordado.
Si se han seguido las pautas anteriores, seguro que hemos logrado que nuestros sueños hayan cobrado realidad y podamos disfrutar largamente de nuestra nueva vivienda, con la garantía de un trabajo serio y profesional que nos permitirá ya mostrar con orgullo el resultado final.